nº de operario: 1588

Yo, yo, yo, la serotonina y mis "cosiquicas de cotón"

26.7.06

El Cero Absoluto


Hablar del cero absoluto en plena ola de calor puede sonar a recochineo. Todos sabemos diferenciar la sensación de calor y frío y vagamente podemos relacionar el calor con la energía. Sin embargo, determinar la naturaleza del calor no fue una tarea sencilla. Hasta las observaciones de Rumford este fenómeno se explicaba sirviéndose de un fluído llamado calórico que se intercambiaba entre la materia y que servía satisfactoriamente para casi todos los fenómenos en los que intervenía. Rumford, en su célebre observación del calentamiento del agua usada para refrigerar las barrenas para hacer cañones, demostró que el calor no era un fluido si no mas bien una forma de energía, más concretamente, de energía cinética. Al parecer, todas las partículas (átomos, moléculas,…) se mueven incesantemente: unas aleatoriamente en todas las direcciones, como en el caso de los gases, y otras vibrando respecto a una posición de equilibrio, como en los sólidos.

En resumidas cuentas: la temperatura de un sistema tiene que ver con el movimiento de sus partículas (no es exactamente así, pero puede valer). Esto mismo es lo que plantea la teoría cinética de los gases que relaciona la temperatura de un gas, con su volumen y presión sobre el recipiente que lo contiene. Lo hace de una forma directamente proporcional: cuando aumentamos la temperatura el volumen del gas aumenta y con el la presión que el gas ejerce. Todos hemos sido testigos de este fenómeno al ver cómo se hincha un globo aerostático cuando se calienta el aire en su interior (aumento de temperatura = aumento de volumen). Lógicamente el fenómeno es reversible: al disminuir la temperatura el volumen disminuye proporcionalmente, lo que sucede es que este volumen no puede tomar valores negativos y por lo tanto tiene un límite (el del volumen cero). Este límite que, coincide para todos los gases, esta situado a -273º C ó 0º Kelvin (0º K), es decir el Cero Absoluto; la temperatura más baja que se puede alcanzar, de ahí lo de absoluto. Es en este punto, a “cinéticamente” hablando, cuando las partículas, en teoría, cesan de moverse (no se puede alcanzar el cero absoluto experimentalmente por cosas de la entropía y de la Tercera Ley de la Termodinámica). Cerca de estas bajas temperaturas la materia adquiere propiedades curiosas, por ejemplo algunos metales no presentan resistencia eléctrica (los conocidos como superconductores) y a las temperaturas más bajas que pueden obtenerse experimentalmente se observa un extrañísimo fenómeno conocido como condensación de Bose-Einsten donde todos los átomos, una vez enfriados, se concentran en un ¡único punto!(para ser más exactos alcanzan el nivel mínimo de energía)

Así que, en estos días en que nos achicharramos cual
pollo rostisado, podemos pensar que no es que tengamos calor, es que nuestras moleculitas están un poco más movidas que de costumbre.

Aquí os dejo un buen sitio donde se relajarían un poquito, no es el cero absoluto pero casi.

Gracias Santa Wikipedia.

1 comentarios:

A las 1:45 p. m. , Anonymous Anónimo ha dicho...

Desde Suecia con amor, y sin poder evitar añadir un comentario. No todo el país es así de frío, aunque sitios como ese vale la pena visitarlos... aunque sea una vez en la vida! (o al menos dos en mi caso ;)).

Un besico!

Styxa.

 

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