nº de operario: 1588

Yo, yo, yo, la serotonina y mis "cosiquicas de cotón"

27.6.06

Jauja



Esto es Jauja. Tras currar ocho horas, sin poderme fumar ni un cigarro, fumarme uno tumbado en el sofá es lo más cerca de Jauja que me encuentro. Pero la Jauja, que da origen a esta expresión, existe realmente y está en Perú (mira que bien Putrification). Supongo que habrá muchos mitos sobre lugares arcádicos como El País de Jauja, lugares donde basta alargar la mano para comer cosas deliciosas, azotan por trabajar, pagan por dormir y se está de puta madre. El paraíso de los vagos como Hommer.

La imagen de arriba es de Breughel el Viejo y representa como podía ser esa Jauja para un flamenco de la época (fijaos como a la derecha hay un cerdo que camina asado y con un mordisco en el lomo), aunque, según creo haber leído en algún sitio, para llegar hasta allí había que atravesar antes una montaña de estiércol que se extendía por muchos kilómetros. Lo de siempre: nada es gratis.

Cuando vi El Motín de la Bounty comprendí que esos marinos habían alcanzado su Jauja y lógicamente llegaban para quedarse, vaya paraíso (la historia parece que tiene poco que ver con está idílica imagen, pero que más da).

Nadie se quiere ir de Jauja.

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